15 de diciembre de 1930
Mis amigos y sus esposas nos han invitado a Consuelo y a mí a pasear por el Parque Japonés. Había allí gran cantidad de gente, especialmente niños. Me atrajo su construcción, con moderados toques de exotismo oriental. Hay en el centro un Lago Menor y un Gran Lago, y ente ellos, se levanta una réplica del volcán Fujiyama. que tiene unos túneles por los que pasa el famoso trencito. En el centro del Gran Lago, donde pudimos navegar en canoas, se encuentran los quioscos japoneses de las islas de las Geishas. Dentro del Fujiyama hay un estanque interior con grutas de estalactitas y estalagmitas. También visitamos la réplica del Circo Romano. Los juegos que más nos impresionaron fueron el looping de loop, desaconsejado para personas impresionables, el juego de las olas, el terremoto de Messina y el famoso water chute, donde en un carrito nos lanzamos por una pendiente al agua de un lago artificial. Consuelo no quiso volver sin antes disfrutar de las pistas de baile, animadas por orquestas de tango.