-¿Por qué le dedicaste un tango a Saint-Exupéry?
Cuando yo tenía veinte años me agarró la pasión por los aviones y entonces empecé a volar en el Aeroclub. Después me recibí de piloto privado, pero resulta que con esa licencia uno no puede volar en una aerolínea y a mí me gustaba eso, entonces me metí en la Escuela Nacional de Aeronáutica y me recibí de piloto comercial. Después volé un avión que tenía dos motores y capacidad para seis pasajeros, que era de un conocido mío. Todo esto mientras seguía componiendo, sacando discos y al lado de Piazzolla. Luego de cuatro años de volar ese avión, comencé a volar en Aerolíneas Argentinas, donde permanecí durante veintiseis años, once años de vuelo de cabotaje y quince de vuelos internacionales. Mientras tanto seguía sacando discos y componiendo canciones. Saint-Exupéry era una figura a quien admiraba y con quien sentía una gran afinidad porque él también mientras volaba, en lugar de componer canciones, escribía. Hubo algunos músicos argentinos conocidos que volaron, pero el caso de Saint-Exupéry y el mío son diferentes porque fuimos pilotos de carrera que volamos durante años. Ambos dedicamos nuestra vida a la aviación y al arte. Por eso Saint-Exupéry siempre fue para mí como una especie de ídolo, con quien me gustaba identificarme.
-¿Siempre compusite tangos?
No, después de estudiar piano con mi madre, me enamoré del acordeón a piano, que es un instrumento que hoy se usa poco. Entonces en vez de tocar tango en esa época, que tenía 18, 20 años, tocaba música italiana en un conjuntito que habíamos armado de cinco chicos. Estaba de moda la música italiana y había muy lindas canciones en ese idioma.
-¿Qué te impulsó a hacer tango?
Lo que más me impactó fue escuchar la música de Astor Piazzolla en el año 55, cuando yo tenía 22, 23 años. Entonces escuché una grabación que hizo Astor en París, un disco que se llamaba "Sinfonía de tango". Me encantó y me pareció que el tango tradicional de esa manera cambiaba mucho y se abría una nueva puerta para la música de Buenos Aires. Y realmente después fue así porque Piazzolla significó una apertura muy grande para el tango. Escuché la música de Piazzolla y me impactó tanto, que me pareció que era un camino a seguir , entonces me enrolé en ese camino. Con Piazzolla comenzó una nueva manera de componer el tango y ahora en general ya todos siguen esa onda, ese camino, porque el tango tradicional del 40 tiene otro tipo de letras, que reflejan al Buenos Aires de entonces. Los nuevos tangos tienen más que ver con nuestra realidad actual. El tango tradicional hablaba del farolito, del tranvía a caballo y eso ya no existe. Ahora hay autopistas y pasacalles, teléfonos celulares, televisión, Internet, entonces la música también va cambiando, adaptándose a la época.
-¿Cuál es la obra que más te gusta y por qué?
De las obras que compuse hay una que me gusta mucho : "Fuera de serie", que está dedicada a Piazzolla, que para mí era un fuera de serie.
-¿Dedicás generalmente tus obras?
No muchas, tengo un par de ellas dedicadas a Astor Piazzolla, una dedicada a Fernando Suarez Paz que es un violinista excelente, otra a Antoine de Saint-Exupéry que se llama "Vuelo hacia la gloria", a algún amigo mío y una a mi mujer.
-¿Desde cuándo te dedicás a la música?
Era bastante chiquito porque mi mamá tocaba muy bien el piano y le gustaba enseñarnos a mi hermano y a mí, entonces comencé desde muy temprano a tocar. Pero más que estudiar los ejercicios, me gustaba componer melodías nuevas, muy elementales Recuerdo que cuando componía algo nuevo mi mamá llamaba a su mamá, mi abuela que vivía con nosotros y le decía:- "Vení a escuchar la melodía que compuso Saúl!"-. Así que desde chiquito me gustaba la música y me gustaba componer.
-¿Compusiste siempre solo o tuviste algún compañero?
Cuando se trata de temas instrumentales generalmente trabajo solo, pero cuando son tangos con letra, como yo no hago letras, dependo de un letrista. Tengo una milonga con Horacio Ferrer, una milonga con Eladia Blázquez y con un montón de autores de letras. En música también he compuesto en colaboración. Un tango generalmente tiene 32 compases y ocurre que a veces hacés 16 y no encontrás la continuación. En esas ocasiones muchas veces recurrí a amigos míos que sabía que eran excelentes músicos y excelentes compositores y les pedí si me podían continuar los 16 compases restantes. Así es como compuse 10 tangos con Osvaldo Tarantino que fue un pianista fabuloso que tuvimos en la Argentina, que tocó 10 años en el grupo de Piazzolla. También compuse un par de canciones con Daniel Piazzolla, con Emilio De la Peña que es otro pianista muy bueno, con Héctor Stamponi que fue un compositor fabuloso y que lamentablemente falleció hace un año. También compuse un concierto para guitarra, y como esto es muy difícil para un pianista porque hay que saber cómo se toca la guitarra, lo compuse a medias con un guitarrista argentino que vive en Nueva York hace como 20 años, un concierto para guitarra y orquesta sinfónica que se estrenó en Polonia el 3 de octubre de 1998.
-¿Cómo es de tu proceso de creación?
Primero les quiero decir que es muy difícil componer sin haber estudiado. Una canción de 32 compases se puede componer instintivamente pero no un concierto para guitarra, por ejemplo. Por eso lo que conviene hacer siempre es estudiar composición, es decir, no sólo estudiar un instrumento sino después seguir cursos de armonía, composición y orquestación que son muchos años. Yo los hice mientras volaba en Aerolíneas, en los ratos libres que tenía, me iba a lo de mi profesor Guillermo Gratzer, un excelente maestro que falleció también ya, que me enseñó mucho y con lo que él me enseñó pude aprender a componer. El proceso de creación es mientras estás tocando, encontrar algún hilito de donde tirar y empezar a armar algo, una pequeña melodía que te dé el pie para continuarla y de esa manera crear toda una canción.
-¿Tenés ganas de seguir componiendo por mucho tiempo?
Sí, por ahora tengo muchas ganas. Venía en el auto escuchando por la radio a una doctora que tiene 89 años y sigue trabajando. Y a raíz de esto comentaban por radio que hay estudios sobre la toda la gente mayor de 80 años que ha seguido haciendo cosas. Por ejemplo, Verdi compuso una de sus mejores obras a los 82 años. Yo por ahora quiero seguir, espero poder seguir, si tengo salud voy a seguir, no tengo deseos de retirarme.
-¿Tu músico preferido?
Astor Piazzolla.